lunes, 26 de mayo de 2008

TESTIMONIO



Testimonio (aborto)
Gabriela Rodríguez Gámez*


Si me preguntan cómo fue mi experiencia hace algunos años con respecto al tema del aborto, ésta es mi respuesta.
A los 15 años como cualquier adolescente estaba muy contenta con mi relación, hasta que decidimos tener relaciones sexuales. El problema fue que no nos cuidamos nunca y así vivimos aproximadamente un año. En mi cabeza sólo existían dos cosas, el amor hacia mi pareja y el a mi no me va a pasar.
Después de ese año empezaron los problemas, comencé con retrasos hasta que mi pareja y yo decidimos ir con un especialista. Estábamos sentados los dos en el consultorio del ginecólogo con muchos nervios y sudando frío, esperando la noticia que ya sabíamos desde días anteriores. “Tiene dos meses de embarazo”. Cuando recibimos la noticia no sabíamos que hacer, hasta que el doctor nos dijo “la única salida es un legrado, los espero el próximo sábado en tal dirección”.
Desde que las pruebas de embarazo resultaron positivas empezamos a ahorrar, pues sabíamos que éramos muy jóvenes como para tener hijos. La falta de comunicación entre nosotros, la angustia por conseguir el dinero para el siguiente sábado y mis dudas de tener al bebé o no, fueron algunos de los problemas que mi pareja y yo tuvimos. Después comenzaron los problemas que cada uno tuvo con su familia. Claro estaba que en ese momento nos teníamos el uno al otro y con suerte la ayuda de algún amigo, pero con problemas prácticamente estábamos solos en esto.
El dichoso sábado llego y tuvimos que mentir para poder salir tan temprano de mi casa, tomando en cuenta que en ese momento mis papas estaban de viaje y mis abuelos cuidaban de mi hermano y de mí.
Al llegar al hospital que por fuera no se veía del todo confiable, yo moría de miedo y mi pareja solo me apoyaba con palabras que él creía me servirían. Entramos al lugar y lo único que veía era mujeres de varias edades con el mismo problema, algunas acompañadas de amigas, otras iban solas. Cuando llegamos vi una camilla con una chava de unos 16 años que salía del quirófano, mis miedos aumentaron y tenía ganas de llorar. Después de esa primera experiencia nos pasaron a unos cubículos, donde pasan las enfermeras a prepararte para la operación.
La enfermera llegó, tomó un poco de mi sangre y me pidió que me cambiara. Escuchamos que en el cubículo de a lado la enfermera le preguntó a otra paciente si quería ir al baño y después la regresaría, después de esto una enfermera se acercó a nosotros y me pidió que fuera con ella. Mi pareja y yo pensamos que regresaría pero no fue así, me llevaron a un quirófano que parecía cuarto de urgencias, y me comenzaron a inyectar anestesia, después de eso dormí y no recuerdo nada hasta que desperté en un cuarto donde vi a mi pareja a mi lado.
Me dijo que no habían tardado mucho, aunque a él se le había hecho eterna la espera. Me quise levantar y me dolió todo, una enfermera entro al cuarto nos dio una dotación de medicamentos y nos dijo que nos podíamos ir cuando quisiéramos.
Cuando me sentí mejor, me levanté y nos fuimos de ese lugar. Al llegar a mi casa en lo único que podía pensar era en la mala experiencia que había tenido ese día y que no le deseaba a nadie pasar lo mismo. Me tranquilizó el hecho de que mi pareja siempre estuvo conmigo, pero sabía que no habíamos hecho lo correcto.
Después de cuatro años, puedo decir que me es posible contarlo, pero cada vez que lo recuerdo esas imágenes regresan a mi cabeza y la verdad no puedo decir que ya lo superé. No hay pretexto para abortar, así sea una violación o sea un embarazo no deseado, nosotros no somos Dios para decidir quién vive y quién no.
De ésta experiencia me llevé una gran lección de vida, ya que corrí con suerte, pues hay muchos casos en los que la madre muere y no está para contarlo. Sé que me hice daño tanto física como psicológicamente, y ahora las cicatrices que quedan no sanaran jamás, y no porque no quiera, simplemente porque para mí un hijo es lo mejor que a una pareja le puede pasar, es un resultado del amor que se tienen y no un problema con el cual cargar.
Si recomiendo que antes de actuar se piensen bien las consecuencias, ya que pueden quedar lastimadas de por vida y tal vez nunca más poder tener hijos. Es necesario estar informados, aunque muchas veces no es suficiente, tener conciencia y tratar de pensar con la cabeza y no con las hormonas. A pesar de contar con información a mi me paso, faltó comunicación con mi pareja y pensar un poco más en mi. No importa si tú como mujer no quieres tener relaciones con tu pareja, si él te quiere de verdad, sabrá esperarte y jamás dejes de cuidarte pues podrás evitar un embarazo pero las enfermedades de transmisión sexual no son tan fáciles de evitar.
*El nombre fue modificado por razones de privacidad.

No hay comentarios: